Re-Nacer – Conexión Pineal

Re-Nacer

Si buscas historias de crecimiento, de florecimiento, de re-nacer, las encontrarás en los relatos de quienes se han atrevido florecer en las circunstancias menos esperadas. Ojalá este post te inspire a encontrar la tuya…

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Una historia para compartir: 
El árbol del Lapacho

Cuenta la historia, que cuando Dios estaba preparando el mundo, se reunió una tarde con todos los árboles y pidió que cada árbol eligiera la época en la que cada uno de ellos quisiera florecer y así, embellecer la tierra.

En un estallido de alegría comenzaron todos a gritar: “¡otoño, verano, primavera!”

Pero Dios vió que ninguno elegía la estación de invierno, entonces preguntó:
¿Por qué nadie elige la época de invierno?

Cada uno tenía su razón. ¡Muy seco! ¡muy frío! … muchos incendios!
Entonces Dios pidió un favor…

Necesito al menos un árbol, que embelese el invierno, que sea valiente y capaz de enfrentar el frío, la sequía y las quemas y en ese frío poder embellecer el mundo…

Se quedaron todos en silencio.
Fue entonces que un árbol callado y tranquilo al fondo, sacudió sus hojas y dijo:
-¡Yo voy!
Y Dios con una sonrisa preguntó:
¿Cuál es tu nombre?
– ¡Me llamo Lapacho, Señor!

Los otros árboles, quedan espantados del coraje del Lapacho y su locura de querer florecer en invierno. Entonces Dios respondió:

– Por atender mi pedido te haré florecer en el invierno no sólo con un color, sino con varios, para que también en invierno, el mundo sea colorido. Tendrás diferentes colores y texturas y tu linaje será enorme.

Y así Dios hizo uno de los más hermosos árboles que da color al invierno. Tenemos al Lapacho blanco, amarillo, amarillo del pantano,amarillo de la hoja lisa, amarillo niebla, rosa, púrpura, morado.

«Que podamos ser como el Lapacho, y sepamos florecer en los inviernos de la vida”.


¿Cuántas veces hemos oído que la primavera está hecha para florecer? Florecer en primavera es algo que suena hasta lógico. Sin embargo, desafiar la lógica, lo que creemos que es más común o «lo normal» puede ser un proceso que nos demuestre que el florecer es parte de nuestra naturaleza, más allá de las circunstancias.

Florecer en primavera, cuando todas las circunstancias te empujan, o como dice el dicho, cuando el viento sopla a tu favor es hermoso y muy fácil. Pero florecer en los tiempos donde el invierno parece llevarnos la contra, donde todas las circunstancias nos muestran que no sería posible, es una oportunidad para ser lapachos.

Es momento de florecer

El proceso de florecer en las peores circunstancias es el que más nos cuesta. Pero esos tiempos en los que sentimos que es más difícil, más complicado porque nada florece son los que nos permiten manifestar nuestro poder con más fuerza que nunca, salir de una forma mucho más potente.

Claro que todo momento es un buen momento para florecer, no se trata de quitarle mérito al verano ni a la primavera. Pero si puedes florecer en invierno ¿imaginas la potencia que tendrías floreciendo en primavera, en verano o en la época que sea en que las circunstancias sí estén a tu favor?

Reconocernos como los seres creadores que somos, nos dará la certeza de que todo el tiempo es un buen momento de florecer, incluso cuando nadie lo hace.

En estos tiempos en los que a muchas personas les puede parecer estar viviendo un constante invierno – no sólo por la época del año, sino por las circunstancia que nos rodean- es el momento en el que tenemos la oportunidad de marcar la diferencia.

La sobre-información

Estar sobre-informados con las cosas que pasan puede jugarnos una mala pasada: «Que las condiciones económicas, sociales, políticas, etc.» Todo lo que nos muestran masivamente los medios de comunicación puede y generalmente acaba condicionándonos. Pero perfectamente podría no hacerlo.

Si lográramos dejar de lado y olvidarnos de todos los conceptos y creencias de «no posibilidad» seríamos capaces de florecer en invierno y llevaríamos adelante esos procesos aunque las condiciones de afuera nos muestren lo contrario.

En este punto perfectamente podríamos preguntarnos ¿Será que la primavera tiene las mejores condiciones o acaso el lapacho florece porque no sabe que es invierno? Aerodinámicamente, está comprobado que la abeja no puede volar. Su cuerpo, su peso y su tamaño no se lo permite. Sin embargo, ellas vuelan porque no lo saben.

La famosa película «Viven» inspirada en el accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya ocurrido en 1972, es otro claro ejemplo de cómo ignorar ciertas creencias puede llegar hasta salvarnos la vida. Los sobrevivientes del accidente cuentan que haber sobrevivido a esa temperatura y a esa altura solo tiene una explicación: que no tenían ni la menor idea de lo que implicaba estar en la nieve rodeado de esas condiciones.

No se trata vivir en la ignorancia, de ninguna manera. Pero sí de ser conscientes de que sabemos demasiadas cosas que no tienen importancia y nos olvidamos de lo que realmente importa: de quienes somos en verdad, y como seres creadores no estamos condicionados por nada ni por nadie.

Lo que cuenta es la intención

Es importante no perder de vista el hecho de que toda información tiene una intención. Muchas veces la información está movida y cegada por los intereses de una persona o grupo de personas, por sus puntos de vista, su manera de entender el mundo y las circunstancias que lo rodean. Por eso es importante que aprendamos a guiarnos por lo que estamos sintiendo.

Cuando lo que escuchas te frena, presta atención a eso que sientes porque seguramente lo que estés captando es la intención.

No se trata de vivir aislados. De hecho, por más que intentemos alejarnos de las noticias, de alguna u otra manera nos vamos a enterar de lo que ocurre. De lo que se trata es de poder controlar nuestra atención.

Como dicen por ahí… Cuida tu atención que se volverán tus sentimientos, cuida tus sentimientos que se volverán tus pensamientos, cuida tus pensamientos que se volverán tus palabras, y éstas tus acciones, tus hábitos y tu destino.

La atención es clave para lograr que las circunstancias del mundo no nos afecten. Por eso pregúntate a diario ¿Dónde está mi atención? ¿en que todo está complicado o en que es una gran oportunidad? 

Como forjar acero…

Entender que todo viene de adentro y no buscar condiciones externas para florecer requiere de una gran disciplina. Solemos ver la disciplina como una obligación. Pero ésta es una gran virtud que podemos forjar como el acero y es fundamental que lo hagamos en este proceso de avance. Así podremos mantenernos conectados, con la atención puesta en los objetivos y en ir hacia adelante.

Recuerda nuevamente. No es un problema vivir en un mundo de inflación, de recesión, etc. El problema es cuando dejamos que esas situaciones se nos metan dentro y comiencen a condicionar nuestra acción. Tampoco es problema lo que los otros digan, cada cual puede decir lo que quiera, pero el problema lo tenemos al caer en la critica, el juicio y la condena.

Claro que a veces es mas fácil encontrar los defectos en los demás que encontrar lo bueno de cada cosa y lo que podemos transformar. Pero no es con críticas como cambiaremos las cosas, pues por el contrario, la crítica refuerza y carga todo lo que queremos evitar ¿por qué? porque criticar es tener la atención puesta en lo que nos disgusta y donde está tu atención es lo que entra en tu vida.

Lo mismo vale si hemos emprendido un proceso de conexión. Hablar de que tal persona se conecta mal o debería hacerlo de tal forma o con tal frecuencia, es lo mismo. Quien realmente esta moviéndose en otra frecuencia no se fija en los errores de los demás, no porque no los vea, sino porque incluso viéndolos no se preocupa en hacerlos notar y en hablar de eso. 

Ponte a prueba y anímate a desafiarte a diario. Observa donde tienes la atención pero tampoco te juzgues si te pescas mirando hacia afuera. Simplemente vuelve a tu eje y aprovecha cada momento para sacar tus potencias y empezar a florecer.

Transformarnos a nosotros, sin duda, transformará nuestro entorno cada vez más. Quizás no sea fácil pero si recordamos que está en nuestra esencia poder hacerlo, seremos como el lapacho floreciendo en invierno.

¿Te animas a contarnos si empezaste a florecer? Déjanos tus comentarios!

Si prefieres ver el video haz clic aquí!

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